22 oct 2011

INFORMACION SOBRE PROVERBIOS (2)

 El mashal muestra frecuentemente el    paralelismo hebraico

Aunque Proverbios contiene meshalim más largos, en realidad consiste en gran parte de proverbios de dos versos. Lo curioso al respecto es que existe un cierto paralelismo en el contenido de esos versos. Así, nos encontramos con una de las características principales de la poesía hebrea; es más, de toda la poesía semítica. a  nosotros nos parece hermoso cuando los versos de una poesía riman entre sí, pero los israelitas y sus pueblos vecinos tenían, a este respecto, otro gusto.Tanto si examinamos una poe-
sía babilónica, una cananea, como una israelita, lo cierto es que no rimaban, pero mostraban, por otra parte,una ingeniosa «danza coral de pensamientos».

Frecuentemente los poetas construían su obra con secciones de dos o tres versos, cuyo contenido muestra un cierto paralelismo. Las más recientes versiones de la Biblia hacen resaltar con más claridad este llamado paralelismo, porque no imprimen uno tras otro los versos de un salmo o proverbio, sino uno debajo del
otro.
Los autores de proverbios eran escritores piadosos que poseían dones de sabiduría, profecía y poesía.a primera vista, esta poesía quizás parezca de un gusto artístico menos refinado, y más fácil de practicar que la nuestra, pero nos equivocamos, quien intente practicarla, se dará cuenta enseguida de que aquí la apariencias engañan.
Dios el Espíritu Santo dio ricos dones de conocimiento y habilidad a los sabios por cuyo servicio nos ha dado el libro de Proverbio ellos debieron ser observadores más agudos que la mayoría superficial del pueblo, pues sus proverbios no servían para contener afirmaciones vacías, sino para referirse a hechos
que cada creyente podía revisar. Sin embargo, aquellos hechos debían considerarlos exclusivamente desde un profundo respeto a Yahvéh, pues toda sabiduría comienza por el temor a Él; Pr. 1:7 y 9:10.
Por consiguiente, aquellos sabios debían poseer sobre todo un rico conocimiento y fe en la Palabra y en los hechos de Yahvéh, y además, una visión profunda de las modalidades de la ley a las que Dios ha sometido la convivencia humana.
¿Cómo, si no, podrían indicar a sus discípulos la relación entre nuestros hechos y sus consecuencias?
Por otra parte, también debían saber cómo habían experimentado esto las generaciones pasadas. Además, se esperaba de ellos que conocieran los valores de la vida humana, y también que los pudieran clasificar.
En cuanto educadores temerosos de Dios, debían, en todo esto, no perder de vista los límites de lo humano, y asimismo debían tener en cuenta respetuosamente el poder absoluto de Dios.
No obstante, cuando de las Sagradas Escrituras y la experiencia hubieran extraído una ley de vida, entonces también debían poderla resumir de forma ingeniosa.
No en una demostración prolija, sino en la forma concisa de un aforismo de dos o tres versos, uno de los cuales debía aclarar al otro, ya por una imagen, una ampliación o un contraste (enseguida reproduciremos
un par de ejemplos de cada género)y entonces ese proverbio también debía cautivar y poderse retener fácilmente en la memoria.
Los proverbistas bíblicos debían, pues, poseer el conocimiento de las Sagradas Escrituras, la visión de la vida de los antiguos, el poder gráfico del pintor, la didáctica del maestro y la experiencia de los antepasados. Finalmente, téngase en cuenta que de todos estos dones y habilidades en los que Salomón resplandeció sobre todos los sabios, nuestro proverbial Salvador también dijo: «En este lugar hay alguien que es más que Salomón», Mt. 12:42.
                                        
                                               Un libro lleno de sinónimos.

Esta técnica poética exigía naturalmente una gran habilidad en el uso de expresiones cercanas en significado, y finas matizaciones de la palabra los salmistas y autores de proverbios se mostraban en ello verdaderos maestros. Un libro como Proverbios abunda en sinónimos, las figuras principales en este libro son el sabio y el necio, pero se utiliza una rica variedad de expresiones para designar a estos dos tipos.
 Aquí sigue una lista de ellas dispuestas paralelamente:
el sabio,  el necio
el entendido,  el insensato,
el humilde de espíritu,  el altivo,
el que se aparta del mal,  el hacedor de injusticia,
el justo,  el impío,
el hombre de conocimiento,  el falto de entendimiento,
el santo,  el prevaricador,
el bien, el mal,
el obrador de lo bueno,  el equivocado,
el recto de camino,  el malo,
el perfecto,  el que se olvida de Dios,
el digno de confianza,  el temerario,
el hombre que es recto,  el obstinado,
el que da cuenta de su camino,  el pecador,
el que camina irreprensible,  el culpable,
el piadoso,  el blasfemo,
el íntegro,  el insensat
o

Estas expresiones naturalmente se solapan mutuamente en cierto modo; pero, no obstante, contienen matizaciones sutiles.Cuando un poeta había resumido su lección en el primer verso de un proverbio, entonces podía afinarla o profundizarla aún algo más en el verso paralelo mediante una expresión de significado semejante. Para componer tales líneas paralelas los autores de proverbios disponían de una técnica ricamente variada. No aspiramos a hacer un resumen completo de esta ciencia de variación de la palabra; pero, sin embargo, podemos dar un par de ejemplos de cuatro clases principales, porque éstas aparecen con mucha frecuencia en Proverbios, ambos versos dicen lo mismo con otras palabras.

El que ama la disputa, ama la transgresión;
Y el que abre demasiado la puerta busca su ruina, Pr. 17:19.
El que ahorra palabras tiene sabiduría;
prudente de espíritu es el hombre inteligente, Pr. 17:27.
Ambos versos se aclaran mutuamente por una antítesis.
El corazón alegre es una buena medicina;
pero el espíritu triste seca los huesos, Pr. 17:22.
La mano negligente empobrece;
pero la mano de los diligentes enriquece, Pr. 10:4.
El segundo verso completa al primero.
Quítate de delante del hombre necio,
porque no hallarás ciencia en sus labios, Pr. 14:7.
El que se deja arrebatar por la ira llevará el castigo;
y si usa de violencias, añadirá nuevos males, Pr. 19:19.
Uno de los dos versos contiene una comparación.
Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
Es la mujer hermosa pero falta de sentido, Pr. 11: 22.
Como el vinagre para los dientes y el humo para los ojos,
así es el perezoso para quienes lo envían, Pr. 10:26.


Si se tiene en cuenta esta manifestación del lenguaje, se comprenderán con más facilidad muchos versos del libro de los Salmos o de Proverbios. No hay más que compararlo con el verso acompañante, y ya se tiene la clave en las manos.Los versos se explican mutuamente, se complementan unos a otros, se ilustran entre sí con una imagen, o se aclaran mutuamente mediante una antítesis.,esta técnica poética con líneas paralelas también le hace más fácil a cualquiera aprender de memoria un salmo o proverbio.
A veces se ha expresado la teoría de que los maestros de sabiduría inculcaban sus meshalim pronunciando ellos mismos la primera línea y dejando completar a su clase o discípulo el paralelismo correspondiente.
                          
                            Paralelismo en la predicación de nuestro Señor Jesucristo.

También nuestro Salvador usó semejantes frases paralelas, muchas veces se sirvió de un mashal corto con el que explicó una frase mediante otra. Este uso del lenguaje lo encontramos especialmente en el Sermón del Monte y, concretamente, en las bienaventuranzas. 

Mt. 5:1-12.
Bienaventurados los pobres en espíritu, Porque de ellos es el reino de los cielos, Mt. 5:3.
Bienaventurados los que lloran, Porque ellos recibirán consolación, Mt. 5:4.
Al que te pida, dale; Y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses, Mt.5:42.
No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de

                 Extraído del libro PROVERBIOS de Frans van Deursen (FELiRe)

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